España reúne una gran diversidad de climas y una variada vegetación a lo largo de su territorio, tanto peninsular como insular.
Debido a la situación geográfica de la península, su clima es muy variado. A ella llegan, por una parte, masas de aire frío procedentes del continente europeo que ocasionan bajas temperaturas en el interior, mientras que del norte de África proceden masas de aire cálido que favorecen un clima más seco y caluroso en el sur.
Las masas de aire húmedas procedentes del Atlántico son la causa de las abundantes precipitaciones del norte peninsular. Las influencias de las masas de aire procedentes del Mediterráneo producen temperaturas suaves en las tierras bañadas por este mar.
La variedad de la vegetación también está relacionada con la posición meridional en la zona templada del continente europeo. Esta característica, unida a la evolución de la vegetación y a las aportaciones de los pueblos llevados por el Mediterráneo o desde el norte de África, permite encontrar en la península árboles y plantas típicos del Mediterráneo como la encina, el continente europeo como el haya, o de África como los palmitos.