Para mantener la defensa y realizar la expansión del imperio, el ejército pasó a ser remodelado y se benefició de una gran entrada de dinero para pagar las soldadas. El gasto de la defensa del Imperio se incrementó drásticamente en términos absolutos, por mucho que la soldada se fuera reduciendo de forma significativa. Ello implicó una reorganización de la fiscalidad para incrementar el número y la continuidad de las percepciones que cubrían la annona satisfecha en especie a las tropas. Se desarrollaron dos impuestos, uno sobre individuos (capitana, de caput, cabeza) y otro sobre un estándard de superficie agraria (iugatio, de iugum, yugo, o teórica extensión arada por un par de bueyes en un día). El objetivo era incorporar al mantenimiento de la seguridad militar al mayor número de ciudadanos. Pero este objetivo llevó a:
- Aumento de la burocracia para controlar a la población
- Aumento de la corrupción en la administración relacionad con el cobro de impuestos
- Desvío de las cantidades que finalmente llegaban al Estado.