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Formaciones vegetales de la España peninsular e insular

Definición

La vegetación o flora es el conjunto de especies vegetales de un territorio. Está integrada por formaciones vegetales o grupos de vegetación individualizados por su tamaño y por su fisonomía. Existen tres tipos básicos para diferenciarlos: el bosque, el matorral, y el prado

ᐅ Dos bosques representativos de la laurisilva canaria ᐊ Bosque y matorral mediterráneos  Divulgameteo · Biografía

Geográficamente, el paisaje es un espacio con determinadas características morfológicas y funcionales.

Los paisajes vegetales españoles se definen por su gran variedad y riqueza. Es un patrimonio natural muy valioso por dos motivos: el elevado número de especies que componen nuestra flora, unas 8000 y las casi 1500 especies endémicas, privativas de un lugar, presentes en nuestros paisajes naturales y que suponen aproximadamente el 50 % de las especies endémicas de toda la Unión Europea.

En los paisajes naturales la conservación de la biodiversidad y la integridad del ecosistema constituyen los elementos que lo definen, mientras que los pasajes culturales el acento se pone en la historia humana, en la continuidad de las tradiciones culturales y en los valores sociales.

Un paisaje natural es un espacio que no ha sido modificado por el ser humano. En los siglos pasados, este tipo de paisajes eran muy abundantes ya que la acción antrópica se mantuvo en unos límites respetuosos con el equilibrio natural. Sin embargo, desde la revolución industrial la agresión y los daños producidos a los espacios naturales representan una amenaza cada vez mayor.

Por tanto, un paisaje cultural puede definirse como el resultado de la interacción de las personas y el medio natural a lo largo del tiempo, cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad.

Formaciones vegetales

Las formaciones vegetales se disponen en comunidades, cuyo conjunto constituye el paisaje vegetal de un área. Dado que el clima ejerce una inluencia decisiva sobre la vegetación, estudiaremos los paisajes vegetales de España por bioclimas, es decir, por áreas dotadas de una cierta homogeneidad interna en cuanto a su clima y vegetación.


1. El paisaje vegetal de clima oceánico


Corresponde a la región floral eurosiberiana. Se extiende por el área septentrional peninsular de clima atlántico u oceánico, desde Galicia hasta los Pirineos. El clima húmedo, con precipitaciones anuales superiores a los 750-800 mm y sin aridez estival, junto a unas temperaturas templadas y moderadas, permiten el desarrollo de dos formaciones vegetales características: el bosque templado oceánico o bosque caducifolio y la formación de matorral o arbustiva comúnmente denominada Landa. En la zona o área de transición hacia el ámbito Mediterráneo tenemos el bosque marcescente

a) El bosque caducifolio
El bosque caducifolio es denso. Está constituido por árboles altos, con tronco recto y liso, y hoja grande y caduca. En el sotobosque crecen helechos y musgos, en un ambiente sombrío causado por las copas de los árboles, que se sitúan próximas entre sí, impidiendo que llegue mucha luz al suelo. Las especies más características son el roble y el haya, que pueden aparecer formando grandes masas específicas o mixtas y dan lugar a un bosque umbrófilo. Debido a la escasa luz en los estratos inferiores el sotobosque formado por arbustos y matorrales es pobre. En él crecen os nuevos brotes de árboles y algunos arbustos como el aligustre. En el estrato herbáceo crecen helechos y hierbas tempranas. En el bosque caducifolio dominó una única especie arbórea, es decir, es un bosque monoespecífico; así, las masas forestales más características son los robledales y los hayedos, aunque pueden estar acompañados por otras especies aunque siempre en escasa proporción, como Fresnos, alces, tilos, tejos y Acebos.
■ El haya (Fagus selvática) exige gran humedad, tolera mal el calor y muy bien el frío, por lo que es un árbol de montaña, que prefiere los suelos calizos, aunque tolera los silíceos. Representa la especie forestal del área atlántica entre los los 800 y los 1500 m. Forma bosques más densos que el roble, aunque al igual que este último, ha sido talado y explotado abusivamente.; Su madera, dura y de buena calidad, se emplea para elaborar muebles y utensilios. Su presencia es escasa en Galicia y el oeste asturiano y su área principal está en la cordillera Cantábrica, los montes vascos  y el Pirineo navarro. También aparece como árbol de montaña en latitudes más bajas, en el ramal norte del Sistema Ibérico y en las sierras más orientales del Sistema Central, donde se encuentran los hayedos de Montejo, en la Comunidad de Madrid y Tejera Negra, en Guadalajara

■ El roble exige menos humedad que el haya, y tolera mal el calor y el excesivo frío, por lo que se sitúa a alturas más bajas. Prefiere suelos silíceos. Su especie más representativa es el roble común o roble carballo (Quercus robur )que necesita humedad y temperaturas suaves por lo que no suele aparecer en altitudes superiores a los 500-600 m. Puede alcanzar más de 40 m de altura y ese gran longevidad. Se conserva en espacios reducidos pero no forman grandes bosques. Se extiende desde Galicia y el principado de Asturias por toda la cornisa cantábrica y el norte de León. Por encima de los 500 o 600 m de altitud el roble común es sustituidos por el roble albar  (Quercus petardea) más resistente al frío y a la sequía y menos exigente en humedad. Se asienta sobre suelos calizos. Los robledales mejor conservados se localizan en el País Vasco y la Comunidad Foral de Navarra. Su madera, dura, se emplea para la construcción y para fabricar muebles y barcos. 

  • Especies secundarias introducidas por el ser humano.
  1. El Castaño (Castanea sativa), una especie de hoja caduca importada del oriente europeo. Se desarrolla sobre suelos silicios en ambientes húmedos y templados, por lo que su óptimo ecológico está en el área atlántica, aunque también aparece en la Sierra de Guadalupe (Extremadura) y Béjar (Salamanca). Su extensión actual es muy inferior a la de hace un siglo debido a la acción antrópica y a la enfermedad de la tinta.Es un árbol es un árbol muy apreciado por su madera y por su fruto, la castaña
  2. El pino, una especie de repoblación de gran difusión por todo el territorio. Las pináceas se adaptan a las distintas condiciones climáticas y tipos de suelo de España. En el área atlántica las especies más representativas son el pino resinero (Pinus pinaster) y el pino albar (Pinus silvestris). Son de crecimiento rápido, rentables por su resina y su madera, pero presentan el gran inconveniente ante un incendio, de ser muy inflamables.
  3. El eucalipto (Eucaliptus), introducido en la península en el siglo XIX. Se extiende desde Galicia por toda la cordillera cantábrica en la zona atlántica. Se utiliza en la repoblación por su rápido crecimiento y por su rentabilidad económica como materia prima para la producción de pasta de papel. Pero localiza empobrece y acidifica los suelos

■ El bosque marcescente de rebollo (Quercus pyrenaica) y quejigo (Quercus faginea)es propio del clima oceánico de transición que se adaptan a la aridez, especies cero filas y recintos y resistentes al frío. Esto le permite ocupar el área más meridional de la zona atlántica de transición al clima mediterráneo y algunos sectores de montaña media de los Pirineos, los sistemas Ibérico y Central y los Montes de Toledo y Sierra morena incluso algunas sierras gaditanas.

El término marcescente hace referencia al carácter semi caedizo de su hoja, que se seca al llegar el otoño, pero no se cae hasta finales de invierno o comienzos de la primavera, cuando brotan las nuevas hojas. Es menos denso y de árboles menos altos, que mantienen sus hojas secas hasta el nacimiento del nuevo brote para proteger las yemas del frío. Sus bellotas se usan para la alimentación del ganado. La acción humana ha supuesto cambios en la vegetación natural:
■ La reducción de la extensión del bosque por la pérdida de sus usos tradicionales (la leña y el carbón vegetal en la calefacción rural y la madera para la fabricación de aperos); las quemas incontroladas para obtener pastos; y los incendios forestales.
■ La introducción de especies secundarias de aprovechamiento agropecuario, como el castaño, que ha ganado terreno a costa del roble por el uso de su fruto y de su madera.
■ Las repoblaciones con árboles de crecimiento rápido y buen aprovechamiento económico, como el pino (madera y resina) y el eucalipto (celulosa y pasta de papel). Estas repoblaciones han sido muy criticadas porque las hojas de ambos árboles colaboran a la acidificación y al empobrecimiento del suelo y son especies que arden con más facilidad en caso de incendio.
b) La landa y los prados
La landa es una vegetación densa de matorral, cuya altura puede ser baja o alcanzar los cuatro metros. Sus especies más abundantes son el brezo, el tojo, el piropo y la retama o genista. La landa aparece como degradación del bosque caducifolio o como vegetación supraforestal. Suele usarse para cama de animales y luego como abono.
Los prados son una vegetación herbácea que ocupa grandes extensiones de terreno en los paisajes oceánicos. Se usan como alimento del ganado

2. El paisaje vegetal de clima mediterráneo

Corresponde a la región floral mediterránea o lo que es lo mismo el espacio peninsular de clima mediterráneo, (excepto las áreas de montaña), el archipiélago balear, Ceuta y Melilla. Esta región biogeográfica se caracteriza por el la aridez estival, un rasgo que condiciona de manera decisiva el desarrollo de la vegetación. La escasez o falta de agua durante la estación de verano define qué especies son capaces de adaptarse y sobrevivir. Así lo que vamos a tener es un bosque esclerófilo. Sus formaciones vegetales características son el bosque perennifolio y el matorral: la maquia, la garriga y la estepa. Estas formaciones xerófilas se han adaptado a la sequía estival. Así, desarrollan raíces muy extendidas en supericie o en profundidad para captar el agua. Poseen hojas perennes y escleróilas (duras y coriáceas), con diversos sistemas para disminuir la transpiración: pequeño tamaño; pilosidades; revestimientos de resina, cera o goma; formación de espinas.

En Ceuta y Melilla las especies naturales prácticamente han desaparecido, siendo sustituidas por pinares de repoblación como el de la colina de San Antonio en Ceuta y el de Rostrogordo en Melilla


a) El bosque perennifolio
El bosque natural esclerófilo y perennifolio es la vegetación climácica de esta región, caracterizada por agrupar especies que han desarrollado variados sistemas para adaptarse a la aridez. Por ejemplo, sus hojas son perennes, pequeñas y endurecidas, coriáceas, es decir cubiertas por una membrana que reducen al máximo la evaporación; los troncos son de corteza gruesa, sinuosos y rugosos y la raíces, profundas, para encontrar agua. Los árboles no suelen superar los 20 m de altura y su copa globular ayuda a preservar la humedad del suelo ya que mitigan la insolación y la evaporación Es un bosque poco denso. Posee un rico sotobosque, con especies como el piorno o la retama, ya que los árboles se sitúan algo apartados unos de otros y la luz penetra con facilidad. Las especies más características son:
■ La encina (Quercus ilex) en sus dos subespecies: Quercus ilex subespecie ilex propia de la zona costera catalana, Baleares y algunos puntos de la cornisa cantábrica y Quercus ilex subespecie ballota o rotundifolia, que se extiende por casi todo el resto peninsular. Es resistente a la sequía y se adapta a todo tipo de suelos, por lo que es el árbol más típico y extendido del clima mediterráneo. Su gran capacidad adaptación permite que colonice altitudes desde el nivel del mar hasta los 2000 m de altitud, zonas de precipitaciones mínimas (en torno a los 350 mm anuales) y cualquier tipo de suelo Su madera, muy dura y resistente, se empleaba tradicionalmente para elaborar ruedas, carpintería exterior, utensilios y carbón; y su fruto, la bellota, para alimentar al ganado. Los bosques mejor conservados se encuentran en Sierra Morena, Extremadura y la sierra de Guadarrama.

El sotobosque que acompaña al encinar es complejo, de gran variedad y riqueza, formado por coscoja, Jara, lentisco, madroño y algunas plantas trepadoras como la madreselva
■ El alcornoque (Quercus super)necesita cierta precipitación (más de 500 mm/año), inviernos suaves, y suelos silíceos. Su madera, muy dura, se aprovecha para la realización de toneles y barcos, y su corteza, para la obtención de corcho. Se concentra en el suroeste peninsular, en sectores del sur de Andalucía (de Cádiz a Málaga), en el noreste de Cataluña y en Castellón.  Entre los aprovechamientos de esta  especie está  la obtención del  corcho. 

  • El Algarrobo (Ceratonia siliqua) y el acebuche (Olea  europea) u olivo silvestre complementan el bosque Mediterráneo. El Algarrobo está muy presente en las provincias de Valencia, Castellón, Tarragona y las islas Baleares y el acebuche en el valle del Guadalquivir y la Sierra de Cádiz y Huelva especialmente

Cambios en la vegetación natural:
■ La reducción de la extensión del bosque por la pérdida de muchos de sus usos tradicionales; el obstáculo que representan los árboles para la mecanización agraria y para el regadío móvil; y los incendios forestales.
■ La modificación para uso agropecuario mediante el sistema de la dehesa. Consiste en aclarar el bosque de encina y alcornoque y combinar su conservación y la protección del suelo por los árboles, con el aprovechamiento agroforestal del fruto, la leña, la madera o la corteza de los árboles; la práctica de la ganadería y del cultivo; y otros usos, como la caza. La Dehesa es un bosque ahuecado o aclarado que combina el uso forestal con un aprovechamiento agrícola y pastoril. A pesar de ello, el sistema de dehesa permite conservar estos bosques y mantener un cierto equilibrio con el medio ambiente, en el que conviven una variada flora y una gran diversidad de especies animales. En la actualidad se mantiene en las penilladuras salmantinas, extremeñas y algunas zonas de Sierra Morena. La dehesa más típica es la formada por la encina, pero también se desarrolla sobre alcornoques y quejígos
■ Las repoblaciones con pino se han extendido por amplias zonas. Se valora su adaptación a condiciones climáticas extremas (frío, calor, aridez y humedad) y a suelos diversos; su rápido crecimiento; y el aprovechamiento económico de su resina y de su madera para la construcción, la elaboración de muebles, el aglomerado y la pasta de papel. Los pinos típicamente mediterráneos son el pino piñonero (Pinus pinea) y el pino carrasco (Pinus halepensis). Ambos son heliófilos y termófilos, es decir necesitan luz y calor. El piñonero es silicícola y se extiende por los arenales costeros desde Cataluña a Portugal y en los suelos silicios del interior. El pino carrasco es calcícola, coloniza las tierras del este peninsular. El pino resinero (Pinus pinaster) es una especie de transición  que ha sido favorecido su crecimiento como especie de repoblación debido al aprovechamiento de su resina y madera. Se extiende desde Galicia hasta Murcia. El pino silvestre( Pinus sylvestris) es natural del norte y el centro de Europa, alcanzando su límite suroccidental en la península donde ocupa zonas elevadas entre los 1000-2000 m de altitud o más ya que soporta bien las bajas temperaturas y las nieves
b) El matorral
El matorral mediterráneo no es una formación clímax, sino el resultado de la degradación del bosque por el ser humano. Presenta tres tipos característicos: la maquia, la garriga y la estepa.
■ La maquia es una formación arbustiva esclerófilo de más de dos metros de altura, muy densa y casi impenetrable con algún árbol disperso. Sus especies principales son la jara, el brezo, el lentisco y la retama.
■ La garriga está formada por arbustos y matorrales de poca altura, que dejan algunas zonas sin cubrir. Entre sus especies destacan el tomillo, el romero y el espliego, la coscona y la lavanda. 
■ La estepa está formada por hierbas bajas, entremezcladas con arbustos espinosos, bajos y discontinuos, que dejan al descubierto suelos pobres. Sus especies principales son el palmito, el tomillo, el esparto y la esparraguera, tomillo y otras plantas olorosas. La estepa es propia de las zonas semiáridas del sureste peninsular y del valle del Ebro, donde la sequía impide el crecimiento de los árboles y de las zonas donde la garriga ha sido degradada por la acción humana. El matorral mediterráneo tiene diversos usos: en perfumería; en la medicina natural o en la industria farmacéutica; como condimento gastronómico; y para la fabricación de escobas, esteras, cuerdas y cestos

3. El paisaje vegetal de ribera


En las riberas de los ríos, el suelo se impregna de humedad, por lo que su vegetación tiene rasgos diferentes a la de su entorno, especialmente en las zonas de clima seco. La presencia constante de agua hace que solo puedan vivir allí ciertas especies, que se disponen en franjas paralelas al río, desde las que están en contacto semipermanente con el agua hacia el exterior.
Los bosques de ribera están formados por especies como el aliso y el sauce (cuyas raíces necesitan estar en el agua); el chopo, el álamo y el fresno (solo requieren humedad en el extremo inferior de las raíces); y el olmo, menos exigente en humedad. Algunos de esos árboles, de crecimiento rápido y madera blanda, como el chopo o el sauce, se usan para armazones y embalajes. Junto a los bosques crecen juncos y matorrales, como el cornejo, el aligustre, la madreselva, las zarzamoras y los rosales silvestres.
La acción humana ha reducido la extensión de los bosques de ribera, al alterar los márgenes y los cauces luviales para implantar cultivos, urbanizaciones o canalizaciones. Este hecho ha supuesto una grave pérdida, sobre todo en la España seca, debido a su importancia paisajística —contraste entre su vegetación y la del entorno—; y a sus beneficios ecológicos: mitiga la erosión, el riesgo de inundación y la evaporación, y suaviza la temperatura.

4. El paisaje vegetal de montaña

Con la altitud descienden las temperaturas y aumentan las precipitaciones, los procesos de oscilación térmica son más rápidos y acusados en la montaña, y las condiciones climáticas varían según la exposición de las vertientes al viento (barlovento y sotavento), y el sol (umbría y solana). En consecuencia, a cada altitud y disposición de la montaña le corresponde una vegetación diferente, escalonada en pisos que se denomina cliserie vegetal

En la montaña, la vegetación se dispone en pisos con formaciones vegetales distintas según la latitud, la altitud y la orientación (barlovento/sotavento; solana/umbría). En general se suceden el bosque hasta la zona donde la temperatura media anual alcanza los 10 ºC; los matorrales a partir de la altura donde el frío impide el crecimiento de los árboles; los prados y pastizales de hierbas y matas enanas en las zonas cubiertas por la nieve muchos meses; y las plantas rupícolas adaptadas a vivir sobre las rocas o en el interior de sus grietas y isuras (líquenes y musgos).

a) La montaña alpina o pirenaica está representada por los Pirineos.
Tiene cuatro pisos vegetales:
■ El piso basal (hasta 1 200 metros) incluye sucesivamente encinas, robles o quejigos, y hayas.
■ El piso subalpino o montano (entre 1 200-2 400 metros) en lo que aumentan las precipitaciones y descienden las temperaturas, están ocupados por especies hidrófilas y críofilas, es decir, adaptadas a una mayor humedad y temperaturas muy bajas, como el haya y algunas coníferas (el abeto y el pino negro de los Pirineos, el Pinsapo de la cordillera Penibética, el pino silvestre de buena parte de las montañas peninsulares El abeto puede formar bosques mixtos con el haya. El sotobosque está constituido por arbustos, como el rododendro y el arándano.
■ El piso alpino (entre 2 400-3 000 metros) es el dominio del prado y el pastizal. También abundan los sectores de roca desnuda y los canchales, donde crecen pequeñas plantas rupícolas.
■ El piso nival (por encima de 3 000 metros) tiene espacios de topografía algo plana o de pendiente reducida donde la nieve se mantiene todo el año y no existe vegetación; y espacios de fuerte inclinación, donde la nieve desaparece cierto tiempo y crecen pequeñas plantas rupícolas co mo musgos y líquenes


b) La montaña atlántica está representada por la vertiente norte de la cordillera Cantábrica. En ella se suceden un piso basal forestal de bosque caducifolio; un piso supraforestal de landa; y una cima con prados.
c) La montaña mediterránea incluye las montañas del resto de la Península y de las islas Baleares. En ella se suceden un piso basal forestal de bosque perennifolio (precedido de maquia en las montañas más meridionales) y de bosque caducifolio y/o pinares a mayor altitud; y un piso supraforestal de maquia o garriga (que incluye matorral almohadillado espinoso en las montañas más meridionales). Los prados solo aparecen en las cimas más elevadas o en las umbrías.
La acción humana ha reducido los bosques de montaña en favor de usos agropecuarios (pastos en la montaña atlántica, o cultivos en la mediterránea —almendro, olivo, vid—) y de la extensión de los bosques de repoblación con buen rendimiento económico. En otros casos, la degradación o desaparición del bosque ha provocado su sustitución por el matorral.

5. El paisaje vegetal de Canarias

Corresponde a la región floral macaronésica de la que proceden las especies autóctonas, a las que los sucesivos pobladores incorporaron especies mediterráneas europeas y africanas y especies americanas. Además, por su situación insular,  su naturaleza volcánica y el desarrollo de una vegetación escalonada desempeñan un gran papel para el desarrollo de los endemismos (formaciones vegetales propias y exclusivas) y las reliquias (formaciones vegetales propias de épocas geológicas pasadas con un clima distinto, que han sobrevivido en enclaves muy reducidos). El resultado es una riqueza vegetal extraordinaria, sobre todo en las islas con relieve montañoso, en las que se suceden los siguientes pisos vegetales.

Las islas orientales de Fuerteventura y Lanzarote, las más llanas y áridas, presenta una vegetación más pobre y xeromorfa, mientras que en el resto de las islas la altitud y la orientación de las vertientes condicionan el escalonamiento de la vegetación en altura. podemos distinguir los siguientes pisos de vegetación
■ El piso basal (desde el nivel del mar hasta los 300-500 metros). Está condicionado por unas altas temperaturas propias de la zona tropical y una acusada aridez estas condiciones solo permiten el desarrollo de matorrales matorrales cero filos de clara influencia africana. Incluye plantas que soportan la sal (halófilas) y la arena (psamófilas) como la barrilla; y una elevada aridez, caso de los matorrales ralos y ásperos, como el cardón y la tabaiba a las que acompaña otras introducidas por el ser humano como la Chumbera y la pita. En la zonas de costa crecen plantas halófilas como el tamarindo
■ El piso intermedio (entre 200-800 metros). Está condicionado por el aumento de la humedad y el descenso térmico, que permiten el crecimiento de palmeras, dragos y sabinas moras y lentiscos
■ El piso termocanario (entre 800-1 200 metros). La vegetación se adapta al mar de nubes o niebla causada por el alisio que aporta gran humedad, mayor refrescamiento y menor insolación. Incluye dos originales formaciones de bosque: la laurisilva, muy denso y con más de 20 especies, y el fayal-brezal, resultante de la degradación de la laurisilva por la acción humana.

  • La laurisilva es una formación forestal de gran frondosidad y de carácter perennifolio que si es una amplia variedad de especies y una elevada y un elevado número de endemismos. Entre las especies vegetales destacan el laurel, el viñático, el til y el naranjo salvaje
  • El fayal-brezal es una formación arbustivo arbórea, ocupa las zonas de condiciones más adversas del Monteverde y coloniza, como consecuencia de la acción antrópica, espacios anteriormente y cubiertos por la laurisilva.

Tanto la laurisilva como el fayal-brezal presenta un notable desarrollo en la vertiente septentrionales a Barlovento de las islas centrales y occidentales del archipiélago

■ El piso canario mesocanario (entre 1 200-2 200 metros). Al quedar por encima del mar de nubes, la vegetación debe adaptarse a la aridez y al frío. Está dominada por el bosque de coníferas, cuya especie principal es el pino canario (Pinus canadienses), que a mayor altitud da paso al cedro canario. Se acompaña de matorral de jaras, tomillos y retamas
■ El piso supracanario  y orocanario (por encima de 2 200 metros) solo está presente en Tenerife y La Palma. Este piso se caracteriza por el intento el endurecimiento climático con una mayor aridez y frecuentes heladas invernales. La vegetación va siendo más escasa a medida que se asciende y aparecen los matorrales de alta montaña como la retama del Teide y el codeso En las altas cumbres asientan especies rupícolas es decir que crecen sobre la roca muchas de ellas endémicas de Canarias como la violeta del Teide
La acción humana se ha manifestado en el retroceso de la vegetación en las zona bajas y en las medianías por la implantación de urbanizaciones turísticas y cultivos; y en las áreas de bosque, dada la escasez de madera del archipiélago.

tabla resumen de los paisajes españoles