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B. La segunda ola descolonizadora 1955-1965

Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial solo existían en África los estados independientes de Etiopía, Liberia, Egipto y la unión sudafricana. La guerra supuso un auténtico revulsivo para la descolonización.  Se había movilizado a centenares de miles de africanos que lucharon al lado de los blancos con trajecito de blanco, las colonias africanas habían tenido un inmenso valor económico durante la contienda, habían crecido la ciudades, se habían desarrollado los transportes y se había formado en ellas una rica burguesía de negocios capaz de financiar los movimientos de independencia.  

En la posguerra, los movimientos nacionalistas anticoloniales se convirtieron en movimientos populares masivos que clamaban por una revolución contra la pobreza y la explotación y a favor de las libertades políticas.  Contando con su experiencia anterior (India, Indochina, Bandung), las metrópolis  aceptaron lo inevitable. En los seis años que que mediaron entre las primeras Independencias 1956 y la gestación francesa de la independencia de Argelia 1962 aparecieron casi todos los estados soberanos de África. En la mayoría de los casos alcanzaron la soberanía de manera relativamente pacífica, aunque también hubo estallidos de violencia y esa deliberación más o menos larga.  

Las independencias comenzaron por la región árabe islámica del norte.  La antigua colonia italiana de Libia había sido repartida entre los aliados, que siguiendo las recomendaciones de la ONU, la reconocieron formalmente como Estado en 1951. El nuevo régimen egipcio influyó para que Reino Unido diera la independencia Sudán en 1955. En el Magreb, Túnez y Marruecos, tras un periodo de represión, obtuvieron de los franceses una independencia pactada con las élites indígenas.

El caso de Argelia era más complicado ya que allí dos bandos luchaban por la que consideraban su tierra natal.  En 1954 comenzó un dramático conflicto liderado por el frente nacional de liberación FLN, que se prolongó hasta 1962, año de la independencia.  Se despegó una auténtica guerra sucia que incluyó torturas, traslados lforzosos de la población campesina y una organización clandestina de colonos franceses la OAS, autora de numerosos actos terroristas tanto en Francia como en Argelia; el otro bando tampoco escatimaba la violencia y la crueldad.  

En el África negra o subsahariana los británicos cumplieron en general pacíficamente los procesos de independencia. Para ello contaron, en primer lugar, por la existencia de instituciones similares a las metropolitanas, enseguida ocupadas por los autóctonos; en segundo lugar, con la Commonwealth que permitía la continuidad de los vínculos y en tercer lugar con la experiencia descolonizadora de Asia.  

Costa de oro fue el primer territorio independiente, con el nombre de Ghana 1957, presidida por Nkrumah. En Kenia, que tenía una población europea muy numerosa, estalló contra los colonos blancos la guerra conocida como Mau Mau 1951. Primero hubo una dura represión, pero desde 1960 se pasó a una política de apaciguamiento que llegó a la independencia en 1963 del nuevo país presidido por Jomo kenyatta.  Los franceses también disolvieron su imperio en la región. Aunque el Estado francés, había planeado el autogobierno bajo una unión francesa, las colonias subsahariana también deseaban la independencia total; a comienzos de los 60 la mayoría eran ya estados soberanos.  Entre los líderes independentistas destacó Leopoldo S. Senghor, poeta de la negritud y presidente del Senegal.

 El África belga se situaba en el corazón del continente. En el Congo, donde convivían numerosas etnias, la administración metropolitana, las compañías privadas y las misiones católicas habían ejercido el control sin apenas oposición hasta mediados de los 50. Bélgica no había previsto la emancipación y, cuando llegó la rebelión nacionalista, hizo una descolonización apresurada en 1960 en medio de fuertes alteraciones sociales y tensiones políticas y sociales.  La nueva República del Congo, presidida por Kasavuvu, con Patrice Lumumba como jefe de gobierno, quedó inmersa en una guerra civil en la que se sumaron los conflictos internos y los intereses económicos y políticos extranjeros.  

El panafricanismo postulaba en unión continental orientada a la cooperación; para ello se creó la OUA ,organización de la unión africana, en 1963

A finales de los años 60 casi toda África era independiente, pero aún había que construir los estados y definir nuevas relaciones económicas con los países desarrollados.  En pocos años desapareció la euforia de los primeros momentos, los nuevos estados vivían en permanente inestabilidad política (dictaduras, revoluciones, disputas territoriales), con graves tensiones sociales, sangrientos enfrentamientos entre grupos rivales y problemas económicos (neocolonialismo y subdesarrollo). A las potencias extranjeras no le faltarían excusas para intervenir

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Geohistoarteducativa (CC BY-NC-SA)