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Las ciudades andaluzas

El poblamiento urbano andaluz presenta caracteres específicos que son fruto de un determinado proceso de urbanización y que se reflejan en las principales ciudades.

1. el proceso de urbanización.

El proceso de urbanización andaluz se remonta a las colonizaciones fenicia y griega.Los primeros fundaron ciudades como Gadir, Malaca, Sexi, y Abdera y los griegos establecieron otras como Mainake. Estas colonias fueron centros de intercambio comercial.
En la época romana continuó el proceso de urbanización con la fundación de numerosas ciudades entre las que destacaron Córdoba o Hispalis. La Bética se convirtió así en una de las provincias más romanizadas y organizadas del momento.
Bajo el dominio musulmán, tras la decadencia de época visigoda, las ciudades experimentaron un destacado auge. Córdoba sobresalió por ser la capital del califato y se convirtió en la ciudad más poblada de occidente, destacando junto a ella otras como Sevilla y Granada. La herencia musulmana es palpable en muchas ciudades andaluzas, de ahí que muchos centros históricos tengan un plano irregular.
La reconquista cristiana del valle del Guadalquivir, en el siglo XIII, crea una importante corriente migratoria castellana hacia Andalucía, que posteriormente abarcó también la Andalucía oriental con la desaparición del reino nazarí.
Con el descubrimiento y colonización de América, las ciudades de Andalucía oriental perdiesen peso a favor de la ciudades de la zona atlántica como Cádiz o Sevilla, cuyos puertos tenían el monopolio del comercio con América. Se inició así un desequilibrio poblacional entre la parte occidental y oriental de la comunidad autónoma. En el siglo XVII el proceso urbano se estanco con la crisis, aunque se recuperó en el siglo XVIII época en la que se fundaron las llamadas nuevas poblaciones bajo el reinado de Carlos III.
Etapa  industrial. Las ciudades andaluzas comenzaron a crecer de forma significativa durante el siglo XIX, sobre todo las capitales de provincia como Sevilla, Málaga, Huelva o Almería.
Durante el siglo XX prosiguió que si bien el crecimiento urbano, sobre todo tras la guerra civil, debido a la acentuación de las migraciones desde el campo. Éstas se incrementaron durante la década de 1960, especialmente hacia capitales como Sevilla, Granada, Huelva y la ciudades turísticas de de la Costa del Sol.
Etapa posindustrial. Esta nueva etapa se caracteriza por el papel del sector terciario como factor principal de urbanización. El turismo es el principal causante del crecimiento de numerosos núcleos litorales. En las demás zonas este sector está relacionado con el consumo, la administración pública y otros servicios, que se localizan en las capitales de provincia, especialmente Sevilla.
En la actualidad, Andalucía posee un alto índice de organización superando la media nacional pues casi el 80 % de su población vive en ciudades de más de 10.000 habitantes
2. El sistema urbano andaluz

está constituido por unas 150 ciudades que constituyen una red urbana, que presenta una estructura jerárquica.

Metrópolis regionales.Solo existen dos urbes, Sevilla y Málaga, con una población superior a 500.000 habitantes y una gran diversidad de funciones. Poseen una extensa área de influencia que prácticamente abarca a toda la región y son los nodos de conexión con otras comunidades autónomas, pues enlazan las principales vías de comunicación.
Metrópolis su regionales. Son también pocas ciudades Córdoba Granada y Cádiz las que poseen 1 a de influencia su regional y tienen una amplia diversidad de funciones y servicios especializados.
Ciudades medias.Comprenden el resto de capitales Huelva Jaén y Almería así como un importante número de ciudades con una población entre 50.000 y 250.000 habitantes. Sus funciones son comerciales Antequera, Ronda, Úbeda, industriales Puente Genil, portuarias Algeciras, Barbate, Motril, turísticas Marbella, Fuengirola, o se ven favorecidas por por su cercanía una ciudad principal dos hermanas, San Fernando, Torremolinos.
Pequeña ciudades y cabeceras comarcales. Son muy numerosas, en ocasiones son antiguos núcleos rurales en las que la población campesina supone el 50 % y cuentan con servicios tradicionales ligados a la agricultura. De ahí que muchas de ellas sean denominadas agrociudades.