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El sistema de ciudades en España

1. ¿Qué es una ciudad?
Los seres humanos se asientan en lugares concretos donde vivir. Llamamos hábitat a los espacios habitados. Existen dos tipos principales de habitad: el rural y el urbano.

A. El hábitat rural.

Hablamos de hábitat rural cuando la población vive en el campo. Según el modo en el que se distribuyen las edificaciones se distinguen los siguientes tipos de hábitat rural.

El poblamiento o habitat disperso o diseminado hace referencia a la distribución de edificios residenciales y productivos (fábricas, en naves industriales, instalaciones agrarias...) de forma poco o nada compactada, de manera que tales edificios se distribuyen de forma aleatoria en el espacio, dejando espacios libres entre sí. Cuando todo el espacio se halla ocupado por este hábitat diseminado sin un núcleo que lo organice se llama poblamiento diseminado absoluto.
El poblamiento y hábitat concentrado se caracteriza por la agrupación de las edificaciones sin dejar apenas espacio vacío y con una gran diferenciación entre el espacio habitado y el espacio agrario o natural.
Existen dos situaciones intermedias entre el poblamiento disperso y el concentrado:
El poblamiento disperso intercalar, que se trata de un tipo de asentamiento disperso en el territorio, pero en el que hay pequeños núcleos de casas más concentrados (en torno a una iglesia o edificio religioso, junto a un puente, etc.).
El poblamiento concentrado laxo, en el que las pequeñas aldeas se distribuyen en el territorio dejando zonas libres entre unas y otras, como a veces pasa en muchas parroquias de Galicia o Asturias.
En el espacio rural español predomina el poblamiento concentrado, que facilita sus habitantes el uso de servicios comunes, como escuelas, centros de salud, comercios, iglesias…

B. El hábitat urbano

Cuando hablamos de hábitat urbano hablamos de ciudades .La ciudad es difícil de definir. Para que en la actualidad un núcleo de población sea considerado ciudad se deben de tener en cuenta varios aspectos:

Criterio poblacional. Para Instituto Nacional de Estadística hay tres categorías de municipios en España: los municipios urbanos que tienen más de 10.000 habitantes, los municipios intermedios de 2000 a 10.000 habitantes y los municipios rurales con menos de 2000 habitantes. Éstas categorías si bien son útiles para clasificar los municipios españoles, no expresa muy bien la realidad urbana en España, ya que existen núcleos con más de 10.000 habitantes y un fuerte componente rural y al contrario también hay algunos,  con menos de 2000 habitantes, que apenas tienen personas dedicadas a las actividades rurales.
Criterio funcional. La ciudad es aquella localidad especializada sobre todo en actividades industriales y de servicios; al contrario, sería una localidad rural la mayoritariamente dedicada a las actividades agrarias. Pero hoy, sobre todos los espacios cercanos a la ciudades (áreas periurbanas) existen municipios en los que la población que allí trabaja lo hacen las actividades agrarias; sin embargo, reside en ella mucha más gente que trabaja en la industria o en los servicios, pero cuyo puesto de trabajo está en otro municipio. Este tipo de realidades hace cada vez menos apropiado este criterio.
Criterio de continuidad espacial. La ciudad es aquella realidad que se expande en el territorio de forma masiva y  frecuentemente sin solución de continuidad. En este caso, hay países que consideran ciudad a todo el poblamiento continuo o que tenga zonas intermedias pequeñas. Sin embargo, también los poblamiento disperso pueden ser muy urbanos sobre todo en los entornos metropolitanos. Por consiguiente, este criterio también es difícil aplicar a veces.
Criterio morfológico. La ciudad se define por una serie de edificios de mayor porte que los rurales, ya que en ella hay instituciones relevantes (catedrales, Ayuntamientos, bancos, universidades, etc.); sus espacios públicos tienen un tratamiento más ordenado y diferenciado (zonas de peatones, zona de tráfico motorizado…) que el rural; y los elementos naturales (río, colinas, playas,...) Tiene un significado y aspecto muy distinto de cuando se encuentra en el espacio sin urbanizar.
Criterio de área de influencia. Los ámbitos urbanos tienen una proyección e influencia que van a más allá de sus límites. Cuanto mayor sea el alcance de la influencia urbana, mayor será el rango de la población. El territorio que domina, controla y sobre todo el que ejerce algún modo de actuación una ciudad se denomina área de influencia urbana o hinterland
Criterio cultural tal vez sea el más importante, si bien es el más difícil de estudiar. Existe una cultura urbana distinta de la cultura rural (ni mejor, ni peor). Esta cultura se caracteriza por pautas de vida acelerada, por el gusto por el cambio, por el consumo y por diferentes maneras de concebir el ocio y la relaciones sociales.
Resumiendo podemos decir que la ciudad es un lugar de intercambio, de bienes y servicios, de ideas…; Es un lugar en el que se toman decisiones que trascienden los límites de la propia ciudad ya que controla un territorio y tiene una imagen propia en la que se expresan los intereses dominantes (la religión, el poder político, etc.)

2. El sistema de ciudades españolas
Las ciudades españolas constituyen un sistema integrado por el conjunto de las ciudades y las relaciones que establecen entre sí. En el espacio, el sistema u rbano dibuja redes compuestas por nodos (las ciudades) y líneas (los flujos que las relacionan).

Las distintas ciudades que componen el sistema se organizan jerárquica­mente y conforman ejes urbanos con diferente nivel de dinamismo y de integración. Estos ejes, heredados de la época industrial, han experimen­ tado cambios desde la década de 1980 en relación con la implantación del estado autonómico y la integ ración española en el contexto internacional.

1. Los componentes del sistema urbano

El sistema urbano español está constituido por un conjunto de ciudades interrelacionadas. Por tanto, se compone de unos elementos, las ciuda­ des; y de las relaciones que establecen entre sí.

1.1. Las ciudades

Las ciudades de un sistema se caracterizan por su tamaño y por las funciones que desempeñan. De acuerdo con estas, ejercen su influencia sobre un área más o menos amplia.

1.1.1. El tamaño de las ciudades

a) El tamaño demográfico de las ciudades se establece mediante la re­gla rango-tamaño. Esta otorga a cada ciudad un rango o número de or­ den en el sistema según el tamaño de su población. En España:

Existen quince grandes aglomeraciones urbanas, que superan los 500000 habitantes. De ellas, el área metropolitana de Madrid, con más de cinco millones, ocupa el rango número 1 en el sistema. Le sigue el área metropolitana de Barcelona, que con más de tres mi llones, cuenta con un tamaño mayor que el habitual para la segunda aglomeración de un sistema nacional, lo que configura un sistema bipolar. A continuación, se sitúan cinco aglomeraciones que superan 800000 habitantes, Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga y ciudad astur; y otras ocho con más de 500000: Alicante-Elche, Zaragoza, Bahía de Cádiz, Murcia, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, Vigo-Pontevedra y Palma de Mallorca.
Existe un elevado número de aglomeraciones y ciudades medias en­tre 50000 y 250000 habitantes, debido a la reciente difusión de población y actividades económicas desde las grandes aglomeraciones urbanas.
b) La distribución territorial de las ciudades peninsulares por su tamaño se caracteriza por la localización en el centro peninsular de la mayor aglomeración urbana, Madrid. Rodeándola se encuentran las principales aglomeraciones urbanas, situadas en la periferia, y un espacio interior poco urbanizado, donde predominan las ciudades medias y pequeñas.

1.1.2. Las funciones urbanas

Las funciones urbanas son las actividades socioeconómicas desempeñadas por las ciudades hacia el exterior, no las encaminadas al servicio interno de la ciudad. Según su función principal las ciudades pueden ser primarias, secundarias, o terciarias; aunque las grandes ciudades son multifuncionales y desempeñan varias funciones simultáneamente.

a) Las ciudades primarias están especializadas en actividades del sector primario. Entre ellas se cuentan las agrociudades andaluzas, manchegas, murcianas y levantinas, como Almendralejo, Écija, Osuna, etc.

b) Las ciudades secundarias, en unos casos, están especializadas en la industria, implantada durante la Primera Revolución Industrial (Avilés, Bilbao) o el desarrollismo (Huelva, Valladolid, Zaragoza). En otros casos, están especializadas en la construcción, caso de las que concentran acti-vidades económicas, población numerosa, o turismo (ciudades costeras).

c) Las ciudades terciarias están especializadas en los servicios, que son hoy las actividades que mejor definen el rango y la influencia de una ciudad. Estos servicios pueden ser empresariales, inancieros, comerciales, de transporte, administrativos, culturales, sanitarios, religiosos, turísticos, etcétera. Ejemplos de ciudades muy terciarizadas son Madrid y Palma

1.1.3. El área de influencia urbana

Las funciones desempeñadas hacia el exterior convierten a las ciudades en lugares centrales, que abastecen de bienes y servicios a un área más o menos extensa, denominada área de inluencia. La amplitud del área será mayor cuanto más diversas y especializadas sean las funciones urbanas: nacional, regional, subregional, comarcal o local. El alcance del área de inluencia urbana puede modiicarse en función de los cambios económicos y de la dotación de medios de transporte y comunicación.

1.2. Las relaciones urbanas en el sistema de ciudades

Las ciudades de un sistema urbano se relacionan entre sí. Estas relaciones se miden por los lujos o intercambios económicos (mercancías, capitales, inversiones); de personas; y de otros tipos (políticos, administrativos, culturales, o de información). Cuando los lujos son unidireccionales, entre una ciudad y otra, indican relaciones de dominio/subordinación; cuando son bidireccionales, indican relaciones de integración/competencia.
En el sistema urbano español, las relaciones entre ciudades se caracterizan por estos rasgos:
■ Las relaciones más intensas corresponden a Madrid, que mantiene importantes flujos con las demás metrópolis, especialmente con Barcelona, la segunda metrópolis nacional. Barcelona tiene una influencia general más débil, aunque intensa en el oriente peninsular y Baleares. Y el cuadrante nordeste es el área de mayor integración, pues sus cinco metrópolis principales mantienen intensas relaciones (Madrid-Barcelona-Valencia-Bilbao-Zaragoza).
■ En el resto del sistema, las relaciones entre ciudades son más reducidas e incompletas. Predominan los flujos de las ciudades con su zona rural o con ciudades próximas. El área con mayor desconexión entre ciudades es la que rodea a Portugal, excepto Galicia; en la submeseta sur existen amplios espacios desconectados; en el Cantábrico, las relaciones se debilitan hacia el oeste; y las relaciones entre las metrópolis andaluzas y levantinas son poco intensas