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Causas agrícolas

Si hay algo indiscutible dentro de el análisis de las causas de la revolución industrial es la importancia que tuvo la revolución agrícola en ella. Hay que decir que esta revolución no se da en todos los países sino que se encuentra en países muy localizados y sin duda alguna Inglaterra se convierte en el lugar donde primero se desarrolla esta revolución.

Características Consecuencias

Paulatina desaparición del barbecho

Rotación de cultivos 

Diversificación de cultivos ligados a la expansión gnadera

Ampliación del número de cercamientos

Concentración parcelaria

Incorporación de nuevo instrumental agrario, maquinaria y abonos

Aumento sostenido de la productividad

Aumento del excedente comercializable

Aumento de la demanda urbana

Ruptura con el autoabastecimiento de épocas anteriores

Elemento básico de apoyo de los mercados nacionales

En el Reino Unido el sistema Norfolk permitió la supresión del barbecho y dejar la tierra mejores condiciones para el cultivo, ya que la alternancia de cultivos permitía nitrogenada la tierra.

Esta rotación se hacía de la siguiente manera: se dividía la tierra en cuatro partes y entre ellas rotaba de año en año el trigo, nabos, cebada y el trébol.

Con la introducción de las plantas forrajeras, la cría de ganado hacía necesario el acotamiento de las tierras para que no entrara en ellas el ganado de otros vecinos y hacía recomendable el acotamiento de las comunales para dedicarlos a las nuevas y rentables producciones

En todas las economía del antiguo régimen la tierra comunal era imprescindible para los campesinos más pobres. Se trataba de terrenos de propiedad común y acceso libre, en lo que se podría criar algunas cabezas de ganado o aprovisionarse de madera, por ejemplo.

Cuando el parlamento inglés aprobó las leyes que autorizaba la venta y el agotamiento de las tierras comunales (enclosure), los campesinos más modestos se quedaron sin medios para subsistir. Es el fin del openfield en el que subyace un vasto proceso de expropiación que acaba con los pequeños propietarios independientes, los Yeomen, y expulsan a los ocupantes de los terrenos comunales. En 1850 ya habían sido acotados el 80 % de los comunales, que en el siglo XVII eran la mitad de toda la tierra disponible en Reino Unido. Según Fontana, "la apropiación de los bosques empobreció a los campesinos de tal manera que a mediados del siglo XIX la mayor parte de los delitos que se juzgaban en los tribunales de muchos países europeos eran robos de leña".

Los acotamientos de terrenos comunales afectaron en total a 3 millones de hectáreas de las tierras de cultivo inglesa, produjeron una gran deforestación ya que se talaron los bosques para extender las tierras de cultivo y pastos y provocaron la ruina inmediata de la familias campesinas más pobres. Estos campesinos pobres tenían que alquilarse, como asalariados en las tierras de otros o emigrar a las ciudades, donde fueron la cantera de las que las fábricas extrajeron la mano de obra que necesitaban.

Por otra parte, había numerosas parcelas pequeñas lo que hacía poco rentables las inversiones para mejorar los cultivos. Las leyes obligaron a muchos propietarios a venderla, los burgueses adinerados las compraron y así pudieran hacerse con grandes propiedades agrarias.

La nueva agricultura producía para el mercado y los propietarios de las tierras buscaban costes de producción cada vez más bajos para sacar mayores beneficios, lo que solo podía hacerse a través de la maquinización del trabajo agrícola. Se introdujeron nuevos tipos de arados y trilladoras (no motorizadas aún), lo que a su vez dejaba sin trabajar a un gran número de campesinos, que también emigraban a la ciudades.

A pesar de este éxodo rural, gracias a las innovaciones técnicas, creció la productividad por hectárea y por trabajador, que aún se incrementó más con la introducción de nuevos abonos como el guano.

En definitiva esta nueva agricultura barrió el tipo de propiedad del Antiguo Régimen, en el que los estamentos privilegiados nobleza y clero, mantenían una gran parte de las tierras en sus manos y estaban sin cultivar grandes extensiones. El señorío jurisdiccional, el mayorazgo y los privilegios de la iglesia impedían la venta de la tierra y su fragmentación en propiedades más pequeñas. Por esta razón, las revoluciones políticas tuvieron que realizar desamortizaciones para obligar a que las tierras se compraran y vendieran y pudieran ponerse en explotación

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