En general podemos resumir las características de la revolución industrial en ocho puntos:
- La agricultura dejó de ser el sector económico principal y pasó a ser la industria.
- Los talleres artesanales y la manufactura doméstica fueron poco a poco sustituido por las grandes fábricas, en las que se concentraban gran número de obreros en las que los instrumentos de producción era de propiedad del empresario. El modelo en el que se basaron los primeros empresarios fue el de las Work-Houses, talleres donde los pobres trabajaban a cambio de la caridad parroquial y se les pagaba con la comida estando sometidos a una disciplina estricta y un control férreo
- En las fábricas y minas instalaron las máquinas autopropulsadas (máquinas de vapor) que permitían una producción mayor en menos tiempo y con el mismo gasto en salarios
- Se multiplicaron los productos en el mercado: utensilio doméstico, utillaje para agricultura, tejidos, etc.
- En la fábrica los obreros, que ya no hacían producto completo, no cobraban como antes, por pieza fabricada, sino que percibía un salario según las horas de trabajo y hacían tareas parciales, sin participar nunca en el proceso de producción completo. Este nuevo sistema desembocaba en una deshumanización del trabajo y el trabajador pasaba a ser un accesorio de la máquina y una pieza más en el mecanismo de producción
- Junto a los grandes capitalistas industriales aparecieron los bancos de préstamos y sociedades anónimas, pues la inversión del capital requería que necesitaba la nueva industria era inmenso y, con frecuencia, no será cubierta con fortunas particulares.
- La ciudades industriales crecieron el número de habitantes una velocidad desconocidas hasta entonces
- La nueva industria mecanizada dirigía la agricultura, la finanzas y el comercio.