CRONOLOGÍA
El paleolítico Medio es el periodo que se extiende desde 100.000 años a C. hasta el 50.000 a C. Naturalmente no son datos exactos si no una simple referencia cronológica que puede variar según avanzan los estudios sobre este periodo
El paleolítico Medio es el periodo que se extiende desde 100.000 años a C. hasta el 50.000 a C. Naturalmente no son datos exactos si no una simple referencia cronológica que puede variar según avanzan los estudios sobre este periodo
El homo que vive en este periodo e incluso prolonga su existencia unos años dentro del Paleolítico Superior es el Homo de Neanderthal. Su estudio y verdadera clasificación ha representado toda una odisea ya que la comunidad científica ha cambiado de opinión en varias ocasiones.
En el verano de 1856, unos obreros que trabajan en el valle de Neander, una garganta escarpada cerca de Düsseldorf (Alemania), descubren de forma accidental una caverna situada a 18 m por encima del lecho del Neander, afluente del Rin. Al picar bloques de roca para extraer cal, descubren antiguos esqueletos, pero no les prestan mucha atención; la mayor parte de ellos se rompen y se pierden y, sólo por una extraordinaria casualidad, se recuperan un cráneo y unos restos de esqueleto y llegan a manos de la comunidad científica. El arco superciliar bajo, el prognatismo de mandíbula inferior deprimida, la frente muy abombada, rasgos, todos ellos, reconstruidos a partir del cráneo, y la postura pesada, reconstruida a partir del esqueleto, suscitan una reacción de horror, incluso en la comunidad científica, que se niega a ver en estos restos el antepasado del ser humano. Un profesor de Bonn, F. Mayer, llegará a afirmar que son los restos de un cosaco mongol que se habría refugiado en la gruta cuando iba de camino a Prusia, en 1814, persiguiendo a los ejércitos napoleónicos. Mayer afirma que el desgraciado padecía de raquitismo congénito, que se le había remodelado el rostro... Pero hay que decir que el resto de la comunidad científica no se halla mucho más avanzada, y numerosos sabios hablan de un ser «perteneciente a una raza salvaje» o de un «idiota congénito», como recuerda con gracia el profesor Richard Leaky, famoso antropólogo, en Los orígenes del hombre.
Tendrá que pasar casi medio siglo para que al hombre de Neanderthal se le asigne su verdadero puesto: el de uno de los primeros representantes del Homo sapiens. Existió en un periodo situado entre los 100.000 y los 20.000 años antes de nuestra era. No es de extrañar que, en semejante ambiente intelectual, el primer hombre de Neanderthal que se descubrió, en Gibraltar y en 1848, no interesara a nadie.
En 1868, otra cuadrilla de obreros que despejaba el trazado de una vía férrea que atravesaría los acantilados de Eyzies, en el valle de Vézére (Dordoña), encuentra otra cueva, conocida con el nombre de CroMagnon, donde descubre cinco esqueletos humanos, de cráneo alargado y mandíbula pequeña, que son rasgos del hombre actual. Esta vez, el descubrimiento se acepta e interpreta mejor. Se postula que el Hombre de Cro-Magnon era contemporáneo del de Neanderthal. En la actualidad sabemos que coexistieron durante cerca de 20.000 años y que el Hombre de Neanderthal terminó por aislarse en territorios restringidos hasta su desaparición.
Numerosos descubrimientos posteriores consolidaron y precisaron las diferentes etapas y circunstancias de la evolución humana. En primer lugar, otros hombres fósiles (Ehringsdorf y Steinheim, en Alemania, Kaprina, en Yugoslavia, Saccopastore, en Italia, Gibraltar y Palestina) revelaron la existencia de un tipo preneanderthaliano cuyos diversos representantes se agrupan bajo el nombre de paleantropianos. Parece que los hombres de Neanderthal y Cro-Magnon procedían de la misma rama, y que el de CroMagnon se desarrolló hasta llegar al actual Homo sapiens sapiens, mientras que el de Neanderthal desapareció sin descendencia.
El hombre de Neanderthal prefirió vivir en cuevas, bien por el cambio climático (época más fría), bien por la necesidad de refugiarse de los grandes animales o, la necesidad de tener un mayor campo de visión de su territorio de vivienda y caza. Excepto ocasionalmente, las cavernas estaban situadas a poca altura y en zonas cercanas a los ríos. Se supone que las cavernas de mayor altura servirían para controlar el paso de las migraciones de los animales.
Yacimientos musterienses en la península Ibérica
Hallazgos preneanderthales y neanderthales en la península ibérica
La mayor sorpresa que nos encontramos en este periodo es la existencia de enterramientos.
Se han encontrado restos humanos rodeados de flores (tumba de Shanidar). Las tumbas estaban recubiertas con lajas cubiertas de ocre rojo y suelen estar acompañadas por huesos rotos de animales (La Ferrasie). También se encuentran junto a ellos algunos instrumentos y objetos de adornos como collares de conchas y piedras al final de su periodo y por contacto cultural con el homo sapiens sapiens.
Por otra parte se han encontrado lugares con cráneos de oso que están perfectamente delimitados con piedras. Ésto podría ser debido a la posible existencia de un culto al oso.
En el musteriense se desarrolló una técnica de trabajo de los útiles conocida como Técnica Levallois | Esta técnica consistía en la preparación de un núcleo como se muestra en la imagen inferior | Las piezas más características son las raederas, denticulados, lascas levallois, puntas y bifaz |
Su economía sigue siendo cazadora-recolectora: caza, pesca, marisqueo y recolección. La caza es selectiva apoyándose en alguna de las especies predominantes en la zona. Destacan: reno, caballo, gran bóvido, rinoceronte, ciervo, cabra montés, rebeco y pequeños mamíferos. La pesca sería principalmente de truchas, anguilas y carpas. No parece que comieran moluscos.
En la recolección destacan las bayas, frutos y las leguminosas.
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