El hombre de Neanderthal prefirió vivir en cuevas, bien por el cambio climático (época más fría), bien por la necesidad de refugiarse de los grandes animales o, la necesidad de tener un mayor campo de visión de su territorio de vivienda y caza. Excepto ocasionalmente, las cavernas estaban situadas a poca altura y en zonas cercanas a los ríos. Se supone que las cavernas de mayor altura servirían para controlar el paso de las migraciones de los animales.
Yacimientos musterienses en la Península Ibérica. Hallazgos de preneanderthales y neanderthales en la península Ibérica
La mayor sorpresa que nos encontramos en este periodo es la existencia de enterramientos.
Se han encontrado restos humanos rodeados de flores (tumba de Shanidar). Las tumbas estaban recubiertas con lajas cubiertas de ocre rojo y suelen estar acompañadas por huesos rotos de animales (La Ferrasie). También se encuentran junto a ellos algunos instrumentos y objetos de adornos como collares de conchas y piedras al final de su periodo y por contacto cultural con el homo sapiens sapiens.
Por otra parte se han encontrado lugares con cráneos de oso que están perfectamente delimitados con piedras. Ésto podría ser debido a la posible existencia de un culto al oso.